Cómo funcionan las Máquinas Centrífugas
Las máquinas centrífugas constan en principio de una rueda de paletas que, girando en el interior de un cuerpo fijo, aspira ya sea aire u otros gases y los impulsa hasta comprimirlos; su funcionamiento es análogo al de las bombas rotativas. En el lenguaje común se da el nombre de ventilador a una hélice que debido a su forma helicoidal arrastra el aire abarcado por las palas y de paso lo acelera. Cuanto utilizamos el lenguaje técnico, las máquinas centrífugas se clasifican en:
- Ventiladores (caudal elevado y presión baja)
- Máquinas soplantes (caudal elevado y presión media)
- Compresores (presiones elevadas).
En principio, las tres clases de máquinas centrífugas trabajan de igual modo. El aire es aspirado por el centro de la caja y circula a través de una rueda giratoria (rodete) accionada por un electromotor y compuesta de dos platos entre los que se alojan una serie de canales espirales (ver en la figura). Debido a la aceleración que experimenta al circular por los canales cuyo ancho aumenta en la dirección de la corriente, el aire sale de la caja acelerado y comprimido. Si se han de vencer grandes diferencias de presión, basta con conectar en serie varios de estos rodetes; al pasar de un rodete al siguiente, la presión del aire se va elevando así escalonadamente hasta alcanzar el valor final que se desee.
El aire se puede comprimir también imprimiéndole un movimiento de rotación en el interior de una caja dotada de elementos impelentes. La figura muestra la disposición de un compresor rotativo de este tipo. Situado excéntricamente en una caja cilíndrica, se halla un rodillo con una serie de placas alojadas en él; debido a la alta velocidad de rotación que mueve al rodillo, las placas son impulsadas hacia afuera y así siempre con su borde sobre la pared interna de la caja. De este modo se forma entre las placas una serie de cámaras o celdas a las que va a fluir el aire; al girar el rodillo, dichas celdas disminuyen continuamente de volumen y comprimen así el aire que llena su interior. El aire comprimido escapa luego por el extremo opuesto de la caja a través de una rendija.
En la otra figura se muestra una máquina soplante capsular; a través de dos ruedas dentadas iguales y constantemente engranadas una con otra, se accionan dos émbolos rotativos provistos de paletas que giran con sentidos de rotación opuestos entre sí. El perfil de las paletas está diseñado de tal modo que entre ellas y la caja siempre queda la mínima separación necesaria para que puedan girar sin rozar entre sí, ni con la caja.
Las máquinas centrífugas tienen la ventaja de que excepto el rodete o el órgano impelente, no existe en ellas ningún otro elemento que sea móvil. Además, tampoco se precisa aquí instalar válvula alguna, pues el aire fluye por el compresor continuamente. El aire comprimido se aprovecha para el accionamiento de máquinas neumáticas, el arranque de motores y también para gobernar reguladores.